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Oportunidades para llevar encima

En publicaciones anteriores hemos hablado de la revolución que supone para el marketing online la popularización de smartphones y tablets. Una expansión que, entre mil otras ventajas, hace que aumente exponencialmente el número de pantallas en las que podemos hacer llegar nuestras campañas. Pero ¿y si aún pudiéramos ampliar mucho más nuestro target de terminales receptores?

Esta posibilidad se encuentra cada vez más cerca gracias a la entrada en juego de los conocidos como wearables, esos elementos tecnológicos que el usuario puede llevar encima como si de una prenda o accesorio se tratara.

Aquí nos hallamos un paso más allá de la interacción que nos permite los teléfonos móviles ya que el contacto con el lead costumer se hace de un modo más inmediato y directo. Solamente imagina cómo podría cambiar la experiencia del usuario si en vez de ver el vídeo que le envías por correo electrónico lo hiciera mediante unas Google Glass o un terminal equivalente. O si las mismas guías de compra que le proporcionas las pudiera usar y consultar en un Apple Watch… No hay color, ¿verdad?

Pero como todo, esto también conlleva algunos inconvenientes y particularidades. El primero de ellos es más que evidente: si cambian los canales y la estrategia a seguir, es obvio que las herramientas que utilizamos actualmente nos han quedado obsoletas. ¿Qué camino hay que seguir a partir de ahora? Seguramente el ensayo y error y seguir probando hasta sacar el máximo rendimiento a una tendencia que va a revolucionar nuestro modo de entender y relacionarnos con la tecnología. Ya lo ves, como el río no se detiene; sumérgete en él.

Presentación sobre Marketing Automático en el eShow Barcelona 2016

Presentación de Márketic en el #eShowBCN16. Márketic es una solución de automatización de marketing basada en Mautic, la herramienta de marketing automático de código libre más potente del mercado.

 

Presentación a cargo de Fabio Bugalla, CEO de Márketic.

 

También la puedes descargar en http://www.slideshare.net/andreuSocial/marketing-automtico-eshow-barcelona-2016-59738840

Campañas a 25fps

Sea sincero: de entrada, a que es más probable que le preste atención, ¿a un interesantísimo artículo que contenga toda la información posible o a un vídeo que le aporte menos datos pero de un modo más ameno? ¿No hay discusión posible, verdad? Pues lo mismo les sucede a sus clientes potenciales.

El uso de vídeos como elemento promocional no es ninguna novedad, pero se prevé que en los próximos años alcance su máximo desarrollo a medida que más grandes empresas apuesten por este formato como estrategia para acercarse a sus consumidores.

Solo unas cifras para ilustrar esta tendencia, y es que expertos apuntan que en el año 2019, el consumo de video online supondrá cerca del 80% del tráfico mientras que, en la actualidad, los más de 500 millones de usuarios de Facebook ven a diario un promedio de 8 billones de archivos. Y lo que es más interesante, de media, las campañas basadas en vídeos logran un 62% más que las que lo hacen solamente en imágenes convencionales.

Todo esto unido a la consolidación desde hace años de YouTube y el auge de aplicaciones como Periscope permiten adivinar un panorama futuro de lo más tentador para aquellos que hagan del vídeo su carta de presentación.

Un toque humano

El nombre de nuestra disciplina es muy claro y deja poco margen al error: marketing automático. Eso es, utilizar las estrategias y las facilidades que nos proporciona poder automatizar las campañas para dar a conocer nuestros productos y, así, llegar a un mayor número de clientes.

No obstante, no conviene olvidar que un pequeño toque humano en el control de nuestros movimientos nunca está de más, sobre todo si tenemos presente la tendencia de los usuarios a exigir contenidos cada vez más personalizados. Recientes estadísticas muestran como el 74% de los internautas se confiesa frustrado cuando los contenidos que encuentra en la red no se asemejan a sus intereses. 

Esto nos invita a poner un esfuerzo mayor en la elaboración de contenidos específicos y mantener un ojo siempre pendiente de nuestro cliente, cuya satisfacción es y será el mejor indicador para valorar el resultado de nuestro trabajo. 

Aunque dejar en manos del software nos facilite el trabajo y nos ayude a ensanchar nuestro camino hacia el éxito, mantenernos pendientes de cómo evolucionan nuestros intereses nos ayudará también a sentirnos más implicados y realizados con nuestro trabajo y a aprender para futuros casos.

Millennials, potencial de futuro

Las cosas han cambiado. Y mucho. Seguramente, cuando tenías 16 o 17 años tus preocupaciones eran de lo más triviales, tus objetivos dispersos y tu poder adquisitivo a menudo brillaba por su ausencia. Pero este paradigma, en líneas generales, cada vez está más obsoleto. Entonces, ¿por qué no intentar aprovechar este nicho que el mercado ha abierto?

Actualmente, el colectivo adolescente representa cerca de un cuarto de la población mundial y, lo que es más interesante, vive con naturalidad el hecho de estar conectado a la red prácticamente las 24 horas del día. Esto les proporciona una soltura de la que a menudo carecen generaciones predecesoras, pero a la vez también implica que están mucho más familiarizados con las tácticas y estrategias de marketing online que de otro modo pudieran dar resultado.

Además de esto, hay que tener en cuenta otras particularidades que según se mire pueden parecer dificultades añadidas o, por otro lado, retos que superar. Entre ellos está el que piden más a cambio de menos, es decir, requieren más información para captar su atención pero su paciencia al consumirla es menor. De aquí la necesidad de concentrar píldoras de contenido rápidas, innovadoras y capaces de captar la atención al segundo.

El contenido de estas píldoras es también sumamente importante, pues otra de sus características es la búsqueda compulsiva de datos sobre un mismo producto antes de adquirirlo. Pero lo más significativo es que, según estudios recientes, solo el 5% de los jóvenes que empiezan una venta por internet recurre a una tienda física en busca de consejos o para resolver dudas.

Acercarse a este público no es tarea fácil e incluso algunas veces resulta poco viable, pero siempre que nuestro producto lo propicie es una opción que no conviene dejar de lado, no solamente para ampliar la base de clientes sino también para sentar las bases de futuro de nuestro plan.

A la búsqueda de la C

¿Vestiría igual para la boda de su hermana que para un entreno de fútbol de su hijo? ¿Les regalaría lo mismo a sus suegros que a una amistad de infancia? Probablemente haya contestado ‘No’ a ambas preguntas, ¿verdad? Pues entonces también hay que tener en cuenta que a la hora de hacer negocios debemos saber cómo, cuándo y con quién nos relacionamos.

En otros posts hemos visto como podíamos hacernos una idea de la personalidad del cliente. En aquel caso era el mismo lead quien se describía por medio de sus acciones: navegar por una u otra página, abrir o no un correo electrónico… Sin embargo, hay otro aspecto que debemos tener muy claro ya que de él dependerá buena parte de nuestra estrategia: eso es, si estamos frente a una B o frente a una C.

Estas letras provienen de las siglas B2B y B2C, que significan respectivamente Business to Business y Business to Costumer. La primera opción se refiere a los negocios que establecemos con otras compañías mientras que la segunda es la que tiene que ver con los que se efectúan con particulares. Esta distinción es clave ya que cada uno de estos grupos tendrá necesidades específicas y requerirá de unas u otras atenciones.

Por ejemplo, mientras que al establecer relaciones con compañías tendremos que apostar por campañas y ciclos de venta prolongados en el tiempo, con ritmos más lentos, y que deberemos enfocar desde una óptica lo más amplia posible. Cuando nos dirijamos a particulares, en cambio, lo haremos con unos esfuerzos más concentrados en el tiempo y con un contenido centrado en potenciar las virtudes y el componente humano de nuestra empresa y nuestro producto.

La diferente naturaleza de unas y otras relaciones es algo tan fundamental que, a menudo, corre el riesgo de ser olvidado o de no prestarle suficiente atención. En este sentido, el marketing automático se presenta como una de las salidas más cómodas para el anunciante, puesto que le asegura emprender las campañas enfocadas hacia el target decidido desde el primer momento, evitando perder tiempo y malgastar esfuerzos en contactar con esa C a menudo esquiva pero que, a la larga, puede convertirse en uno de nuestros compañeros de viaje más agradecidos.

Más que un simple software

Hasta ahora hemos visto como desfilaban ante nosotros todo tipo de herramientas y elementos que nos podían ayudar a hacer frente al reto del marketing automático. Sin embargo entre los ríos de datos e información, a menudo se nos pasan por alto las ideas más simples y básicas. Y es que, aunque una vez en marcha pueda dar la impresión de que las campañas las lleva el viento, estas no serían nada sin alguien detrás que les diera forma y, como un director de orquestra, pusiera cada instrumento en su tiempo y lugar preciso.

El propio término ‘marketing automático’ puede llevar a algunos lead costumers al error de creer que lo que se automatiza es la generación de contenido o la planificación sobre cómo sacar el máximo provecho de ellos. ¡Nada más lejos!

Toda campaña de mails o cualquier venta mediante cross channels que quiera llegar a buen puerto implica una planificación rozando lo obsesivo por parte de equipos profesionales que saben cómo sacar el mayor jugo posible de cada herramienta de software.

Para ello hay que disponer de una visión transversal que nos permita conocer a la perfección no solamente la herramienta con la que trabajemos sino también el producto que queremos vender. Todo esto añadido a un dominio al detalle de las estrategias y las tácticas que nos van a facilitar el hecho de entrar de lleno a casa de nuestro comprador.

En este sentido, veremos en las estrategias la definición de los contenidos que más nos van a ayudar para con nuestro objetivo, mientras que las tácticas serán los modos en que pongamos los contenidos en marcha para lograr lo que nos propongamos. Volviendo a la imagen del director y su orquesta, las estrategias serán las partituras mientras que las tácticas, la interpretación.

¿Está usted listo para disfrutar de un buen concierto?

 

Caminos cruzados

Los tiempos de jugar las partidas a una sola carta ganadora (por muy certera que fuese) ya pasaron a mejor vida. Por suerte, la experiencia del marketing actual dista enormemente de las campañas masivas y unidireccionales de antaño y esto nos permite acercarnos al lead costumer desde una variedad de canales y fórmulas que, hace tan sólo un par de décadas hubiera parecido sacada de un manual de ciencia ficción. Es lo que llamamos como venda por cross channel, o canales cruzados, en que cada plataforma (página web, aplicaciones, e-mails…) juega un papel propio para una finalidad común: tejer el puente final entre el cliente y el producto.

Sin embargo, todo lo que a priori nos puede facilitar la vida también conlleva aspectos que nos la pueden llegar a complicar si no sabemos gestionarlos debidamente. Es aquí donde los múltiples canales de que dispondremos para dar a conocer nuestros productos y la automatización de los procesos de marketing entran en juego.

Sumar sucesivas plataformas es un modo de añadir posibilidades de completar con éxito un número mayor de ventas, pero también requiere de un esfuerzo mayor a fin de coordinar las iniciativas sin caer en agujero negro de la sospecha del spam. Es por este motivo que el marketing automático se presenta no solamente como una manera de hacer más fácil la gestión de todo este proceso sino, además, de asegurar un tratamiento adecuado de la información que utilizamos en cada momento.

Nos hallamos frente a un escenario en que debemos tomar partido no solamente frente a lo particular de cada cliente sino también a lo particular de cada canal con que nos acercamos a él. Un puzle con muchas piezas sobre la mesa y ante el que tenemos dos opciones; por un lado invertir tiempo y sudor en poner las partes en funcionamiento y esperar a que la jugada dé resultado o apostar por automatizar el proceso y reducir nuestra intervención a un solo clic. Y con mayores perspectivas de éxito a corto/medio plazo.

 

La importancia de un buen aterrizaje

Siempre sucede lo mismo. Después de dar unas cuantas vueltas por encima de la ciudad, la cabina se inclina levemente hacia delante y, tras unos meneos, el avión se detiene y el pasaje irrumpe en aplausos. Y en este momento, aún sujeto por el cinturón de seguridad, uno de los pasajeros exclama ‘¡un buen aterrizaje lo es todo!’.

En el mundo del marketing automatizado sucede algo parecido, aunque sin ruidosos aplausos ni vuelos nocturnos. Una vez captada la atención del cliente potencial, ya sea en nuestra propia página web, en sitios de terceros o en promociones específicas, hay que convencerlo para que lleve su interés inicial un paso más allá. Después de ganarnos su clic y visita hay que captar su atención antes de que pulse la temida X que le aguarda en la esquina superior derecha de la pantalla.

La encargada de lograrlo es la página de aterrizaje, o landing page. Es decir, la ventana que se abre al pulsar el enlace o el banner que se ha fijado. Pero, ¿qué elementos debe tener esta página?

 

Uno de los elementos que no puede faltar en una de estas páginas es un buen título. Un titular que combine garra e información nos ayudará a mantener la atención del usuario y, además, a invitarlo a proseguir con su navegación. Tampoco nos puede faltar un apartado dedicado a invitar al usuario a interactuar con la página de algún modo, los también llamados call to action. Una buena manera de introducir estos elementos puede ser los formularios. 

 

Los formularios son piezas clave de estos engranajes, pues además de facilitar la interacción permitirá que el usuario nos proporcione sus datos de contacto en los que podamos mandarle promociones de su interés para avanzar en el proceso de venta. Pero para llegar a este punto antes hay que ser capaces de llamar la atención del cliente potencial (o lead) y evitar que su atención se disperse antes de conseguir nuestros objetivos. 

 

Teniendo esto en cuenta, ¿dejarás el diseño de tu landing page al azar?

 

Dispara tu Marketing ROI automatizando tus campañas

Toda campaña de marketing se juega sus resultados en tres letras muy a menudo temidas: ROI. Esas siglas hacen referencia al retorno de la inversión que se ha realizado en promocionar nuestros productos. Es decir, en qué cantidad de ganancias se ha traducido el dinero invertido en publicitar la firma. La lectura que se puede extraer de estos análisis, pues, es muy sencilla: si son satisfactorios, nuestra campaña ha cumplido su función; de lo contrario, debemos tomar nota para evitar repetir los mismos errores en el futuro.

Uno de los puntos fuertes del marketing automático es su probada capacidad para incrementar este índice en un grado mucho más elevado que las estrategias convencionales hasta la fecha. Esta optimización de inversiones se debe a unos factores clave que diferencian esta apuesta:

  • Aumentar el porcentaje de clientes potenciales que pasan a clientes reales: Identificar los leads más adecuados para nuestros productos nos permite ensanchar los distintos niveles del sales funnel o embudo de ventas y reducir la pérdida de clientes potenciales a lo largo del proceso.
  • Dar el contenido adecuado en el momento adecuado: Como hemos visto anteriormente, dosificar la información que suministramos con cuentagotas al cliente es mucho más efectivo que realizar bombardeos indiscriminados que a menudo caen en saco roto. No está de más recordar que, en este caso, menos es más.
  • Remar todos en una misma dirección: Automatizar los procesos de marketing también puede resultar muy útil para establecer una sola línea de trabajo en nuestra propia empresa. Limitando el número de personas de departamentos comerciales y de promoción que trabajen en una misma campaña podemos conseguir un producto más homogéneo, lo cual también repercutirá sobre la imagen que le quede al consumidor. Además, podremos dedicar mayores esfuerzos a otras líneas antes menos atendidas.