El nombre de nuestra disciplina es muy claro y deja poco margen al error: marketing automático. Eso es, utilizar las estrategias y las facilidades que nos proporciona poder automatizar las campañas para dar a conocer nuestros productos y, así, llegar a un mayor número de clientes.
No obstante, no conviene olvidar que un pequeño toque humano en el control de nuestros movimientos nunca está de más, sobre todo si tenemos presente la tendencia de los usuarios a exigir contenidos cada vez más personalizados. Recientes estadísticas muestran como el 74% de los internautas se confiesa frustrado cuando los contenidos que encuentra en la red no se asemejan a sus intereses.
Esto nos invita a poner un esfuerzo mayor en la elaboración de contenidos específicos y mantener un ojo siempre pendiente de nuestro cliente, cuya satisfacción es y será el mejor indicador para valorar el resultado de nuestro trabajo.
Aunque dejar en manos del software nos facilite el trabajo y nos ayude a ensanchar nuestro camino hacia el éxito, mantenernos pendientes de cómo evolucionan nuestros intereses nos ayudará también a sentirnos más implicados y realizados con nuestro trabajo y a aprender para futuros casos.