Te lo voy a decir en muy pocas palabras: Honestidad con el cliente y un servicio excepcional a un precio imbatible… Eso es Marketic hoy y lo que quiero que sea mañana. Te diré más… Quiero que nuestros clientes digan al mercado:
«Esa compañía, Marketic, y las personas de Marketic han sido las mejores con las que hemos trabajado. Nos entregaron lo que dijeron que iban a ofrecer. Su software funciona como anunciaron y, cuando tuve problemas (porque shit happens), llamé a esas personas y me ayudaron. He pagado un precio justo y he recibido a cambio de mi dinero más de lo esperado: ha sido la mejor y más rentable de todas las inversiones en marketing digital.»
Esto es lo que nos gustaría que dijeran nuestros clientes.
Porque, aunque vendamos software, la nuestra no es una empresa de tecnología: la nuestra es una empresa de servicios, como la última «S» de SaaS.
Y servicio es una de las tres patas en la que se basa nuestro negocio.
Otra pata (si has pensado en tecnología te has equivocado) es la transparencia: dentro de nuestro sector queremos destacar, y que nos reconozcan, por ser profesionales expertos y honestos, íntegramente dedicados a ayudar a nuestros clientes, a los que no engañamos con ofertas opacas ni con promesas irrealizables… Por eso decimos siempre la verdad, hablamos solo de lo que sabemos y, aun así, a veces nos equivocamos… y lo reconocemos.
Finalmente, la tercera pata (que no, no es el software) es el precio.
Nuestro target no son las multinacionales. Nosotros queremos llegar al resto de empresas… PYMEs, startups y grandes empresas. Todas aquellas que se quieran iniciar en la transformación digital, pero no a cualquier precio… Y es aquí donde Marketic tiene mucho que decir.
En Marketic queremos que nuestros clientes lo sean durante mucho tiempo por una simple razón: como cobramos muy poco, necesitamos clientes de larga duración para que nos resulten rentables.
No somos hermanitas de la caridad, buscamos tener un negocio rentable y sostenible, y solo podremos hacerlo si nuestro cliente se siente satisfecho.
Un modelo win-win, lo definiría yo.
Y que así sea.