Hoy saboreé en mi propia piel (una vez más) los criterios democráticos de Google.
En mi cuenta de Adwords (hoy Ads), después de bloquearme mis campañas de remarketing (y todas las que tenías asociadas), me dicen que las Audiencias por listas de clientes ya no están disponibles para mi (usuario y anunciante desde 2006, certificado y evangelizador durante mucho tiempo), ya que no cumplo con un sencillo requisito: más de 50.000 USD de gasto total en la cuenta.
Así es como la herramienta (y la empresa) que tanto admiré y que se jactaba de permitir a los pequeños anunciantes competir en igualdad de condiciones con los grandes ha mostrado sus colores.
Es verdad que siempre apuntó «maneras», a medida que crecía y se volvía más y más monopólica, pero esto es la gota que hace caer un mito en el que creí durante muchos años y que consideraba paradigma de una nueva manera de hacer las cosas.
Pensaba que esos dos jóvenes idealistas de garaje (Larry Page & Sergei Brin) podrían cumplir con sus propias promesas de democratizar el acceso a Internet.
Es una lástima que no sea así y que yo siga siendo un ingenuo: desde siempre (y para siempre) el mercado, el dinero y el ansia de poder pueden más que las ideologías: si no miren cualquier político que, una vez llegados al poder, independientemente si con un discurso de derechas o de izquierdas, todos se comportan de la misma manera: clientelismo político, amiguismo, trapicheo de influencias y corrupción.
Cada vez más, pienso que hay que apoyar las teorías de Tim Berners-Lee en su cruzada contra los gigantes de internet https://lnkd.in/emEYP7V
Los oligopolios corporativos FAMGA (Facebook, Apple, Microsoft, Google y Amazon) están acumulado la mayor parte de los datos y eventualmente, gracias también a prácticas como las que comento de ofrecer distintas oportunidades a las empresas en función de sus capacidades financieras, acumularán cada vez más poder y dinero lo que llevará a una mayor desigualdad.
Como muestra, miren cómo ha evolucionado el porcentaje de capitalización bursátil de estas 5 compañías en relación con las 100 mayores empresas de EEUU. En tan solo 5 años del 2014 a hoy han pasado de detener el 32.4% del total de capitalización al 45,8%… eso se traduce en billones de dólares.
Pero el problema de Google, como de todas estas compañías, es que para ser quienes son HAN de hacer el mal.
Ninguna de estas organizaciones puede competir en el mercado sin participar en prácticas poco éticas, inhumanas e invasivas porque cuanto más grande es la empresa, más integrada está en nuestra vida cotidiana y más “malvada” puede llegar a ser.
Tomemos Facebook, por ejemplo.
Su CEO Mark Zuckerberg se presenta en un escenario hablando de forma poética sobre la belleza de conectar a miles de millones de personas en todo el mundo, mientras que al mismo tiempo patenta tecnologías para determinar las clases sociales de sus usuarios y permitir la discriminación en el proceso de concesión de préstamos, y permite que los anunciantes de viviendas puedan excluir grupos raciales y étnicos o familias con mujeres y niños de sus listados. Sin siquiera mencionar el escándalo de Cambridge Analytica y los 85 millones de usuarios de Facebook cuya información personal terminó, sin permiso, en manos de un grupo político durante las polémicas elecciones presidenciales de 2016.
Luego está Apple, la empresa cotizada más grande del mundo: un gigante que despierta admiración por sus productos innovadores y su elegante diseño.
Sin embargo Apple es uno de las marcas más mencionadas cuando se trata de trabajo infantil y condiciones de trabajo inhumanas: ha sido vinculado al trabajo infantil en África, y las fábricas chinas donde se ensamblan sus teléfonos se mencionan con frecuencia por prácticas ilegales y letales.
Así que no sé de qué me sorprendo cuando mi querida Google me discrimina por pobre…
Al fin y al cabo el “mote” no seas malo ha sido sacado hace más de dos años de su código de conducta, o bueno, casi eliminado… en su última versión del 31 de julio 2018 lo reintroduce en la última línea de esta manera:
And remember… don’t be evil, and if you see something that you think isn’t right – speak up!
(Y recuerde… no sea malvado, y si ve algo que cree que no está bien, ¡hable!)
Pues bueno… esto es lo que estoy haciendo.
Buen fin de semana… y haced el bien mientras podáis.