Caminos cruzados

Los tiempos de jugar las partidas a una sola carta ganadora (por muy certera que fuese) ya pasaron a mejor vida. Por suerte, la experiencia del marketing actual dista enormemente de las campañas masivas y unidireccionales de antaño y esto nos permite acercarnos al lead costumer desde una variedad de canales y fórmulas que, hace tan sólo un par de décadas hubiera parecido sacada de un manual de ciencia ficción. Es lo que llamamos como venda por cross channel, o canales cruzados, en que cada plataforma (página web, aplicaciones, e-mails…) juega un papel propio para una finalidad común: tejer el puente final entre el cliente y el producto.

Sin embargo, todo lo que a priori nos puede facilitar la vida también conlleva aspectos que nos la pueden llegar a complicar si no sabemos gestionarlos debidamente. Es aquí donde los múltiples canales de que dispondremos para dar a conocer nuestros productos y la automatización de los procesos de marketing entran en juego.

Sumar sucesivas plataformas es un modo de añadir posibilidades de completar con éxito un número mayor de ventas, pero también requiere de un esfuerzo mayor a fin de coordinar las iniciativas sin caer en agujero negro de la sospecha del spam. Es por este motivo que el marketing automático se presenta no solamente como una manera de hacer más fácil la gestión de todo este proceso sino, además, de asegurar un tratamiento adecuado de la información que utilizamos en cada momento.

Nos hallamos frente a un escenario en que debemos tomar partido no solamente frente a lo particular de cada cliente sino también a lo particular de cada canal con que nos acercamos a él. Un puzle con muchas piezas sobre la mesa y ante el que tenemos dos opciones; por un lado invertir tiempo y sudor en poner las partes en funcionamiento y esperar a que la jugada dé resultado o apostar por automatizar el proceso y reducir nuestra intervención a un solo clic. Y con mayores perspectivas de éxito a corto/medio plazo.