Hoy improvisamos y, como dijo Mark Twain, suelen hacer falta tres semanas para preparar un discurso improvisado.

Desde siempre he sido muy aficionado a los dichos, refranes, máximas, proverbios, citas, etc. porque como decía mi abuelo «los proverbios son la sabiduría de un pueblo» y si «vox populi, vox dei» entonces por regla de tres resulta que los «proverbios son la voz de Dios«, curioso silogismo que me intrigó no poco desde que lo ideé por primera vez en mi juventud.

 

Pero lo dicho, en mi vida diaria me encanta utilizar estas pequeñas analogías para hacer paralelismos entre asuntos totalmente disparatados. 

 

Recuerdo una negociación con un cliente que se quejaba que el servicio que le ofrecíamos era caro a lo que le espeté: Es como aquél que dijo: «Si la formación le parece cara, pruebe con la ignorancia« a prueba de que el coste del servicio era debido a que estábamos empleando a los mejores profesionales en su propio beneficio. 

 

Muchas veces, en mi faceta de formador, ante preguntas a las que no tengo respuesta, suelo salir airoso con la mítica frase de Groucho Marx «Es mejor callar y parecer estúpido que abrir la boca y despejar toda duda» y cuando alguien se empecina en una idea porque «todo el mundo lo dice» le recuerdo, eso sí en inglés, que «Eat shit: 50 billions flies can’t be wrong» (no sé por qué pero parece mucho más politcally correct decir palabrotas en otro idioma).

 

Otro refrán que me gusta mucho, porque expresa mi visión de cómo quiero que sea mi negocio, es el que reza: «Regálale un pez a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá toda la vida…» y así es como enfocamos nuestro servicio: queremos que nuestros clientes utilicen y saquen provecho de nuestra plataforma para que nos renueven y es por ello que, por política de la empresa el soporte es, y siempre será, gratuito e ilimitado.

 

Tengo muchos más ejemplos pero para acabar haré referencia a un dicho argentino, que en este campo son unos maestros, y que utilizo a menudo para animar mis colaboradores… especialmente cuando cerramos algún trato y refleja en pocas palabras nuestra parábola ascendente: Chicos «Nos vamos para arriba como pedos de buzo«… .

 

Hasta la próxima.

 

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