Ese pequeño empuje

Nunca estará de más, cuando queramos acercarnos a nuestros clientes potenciales, hacerlo con un rostro de referencia que nos abra las puertas de su hogar. Esta premisa es tan sencilla como lo que nos pasa cuando en una fiesta nos presentan a uno de los invitados de turno: cuanto mejor sea nuestra opinión del conocido que nos lo presente, mayor posibilidades tiene de caernos en gracia.

Con nuestros productos pasa lo mismo. A pesar de que confiemos a ultranza en nuestro potencial, una ayuda extra nos puede resultar muy útil aunque simplemente sea para romper el hielo inicial. Recurrir a esta táctica es lo que se conoce como el uso de influencers que no es más que apoyarnos en personajes que creemos que pueden influir en la decisión final del consumidor. Pero ¿quién debe ser este influencer?

La primera imagen que seguramente le debe estar viniendo ahora mismo a la cabeza es la del famoso que protagoniza mil campañas. Es quizás la opción más obvia y común: escoger alguien que por sí mismo genere un impacto en las redes suficiente como para poner nuestra empresa en boca de todos. Sin embargo, esta opción es también la más cara y la más arriesgada, ya que una mala elección nos puede condenar a conseguir precisamente el efecto contrario al deseado y arruinar nuestro producto.

Una alternativa pasa por perfiles más especializados. En función de cuál sea nuestro ámbito de trabajo, podemos recurrir a personas de prestigio en campos concretos que sean reconocidas por quienes ya formen parte de él. Esta es una vía que se puede tener especialmente en cuenta en ámbitos alejados del gran público.

Las dos opciones antes descritas se pueden acompañar con la participación de individuos con un peso específico en las redes sociales (bloggers, tuiteros, etc.) que nos puedan proporcionar un empuje añadido en el ámbito on-line.

Sin embargo, el influencer más efectivo es el que encontrará frente a usted cuando cierre un trato con un lead costumer. Si consigue que el cliente pase de potencial a real y de aquí a recomendar nuestro producto a sus allegados, estaremos un paso más cerca de expandirnos como una mancha de aceite y agrandar nuestra base. Seguramente es el recurso más complejo de asegurar, pero es también, de lejos, el más fiable.