En publicaciones anteriores hemos hablado de la revolución que supone para el marketing online la popularización de smartphones y tablets. Una expansión que, entre mil otras ventajas, hace que aumente exponencialmente el número de pantallas en las que podemos hacer llegar nuestras campañas. Pero ¿y si aún pudiéramos ampliar mucho más nuestro target de terminales receptores?
Esta posibilidad se encuentra cada vez más cerca gracias a la entrada en juego de los conocidos como wearables, esos elementos tecnológicos que el usuario puede llevar encima como si de una prenda o accesorio se tratara.
Aquí nos hallamos un paso más allá de la interacción que nos permite los teléfonos móviles ya que el contacto con el lead costumer se hace de un modo más inmediato y directo. Solamente imagina cómo podría cambiar la experiencia del usuario si en vez de ver el vídeo que le envías por correo electrónico lo hiciera mediante unas Google Glass o un terminal equivalente. O si las mismas guías de compra que le proporcionas las pudiera usar y consultar en un Apple Watch… No hay color, ¿verdad?
Pero como todo, esto también conlleva algunos inconvenientes y particularidades. El primero de ellos es más que evidente: si cambian los canales y la estrategia a seguir, es obvio que las herramientas que utilizamos actualmente nos han quedado obsoletas. ¿Qué camino hay que seguir a partir de ahora? Seguramente el ensayo y error y seguir probando hasta sacar el máximo rendimiento a una tendencia que va a revolucionar nuestro modo de entender y relacionarnos con la tecnología. Ya lo ves, como el río no se detiene; sumérgete en él.