Hoy te voy a explicar con una breve analogía para qué sirve el Marketing Automático.
Imagina un cazador y su sabueso.
El perro husmea en la maleza hasta dar con una pieza. Cuando la halla, hace la muestra para señalársela al cazador y la levanta para que él le dispare. Dependerá de la puntería de este que sea capaz de abatirla o no.
Cuando la presa cae lejos o queda herida, es también tarea del perro recuperarla.
Pues bien… Ventas es el cazador; el Marketing Automático, el sabueso.
Al igual que el perro, nuestra plataforma sigue la pista a todas las visitas de tu web, las identifica y, cuando alguna de ellas se muestra propensa a la compra, la pasa automáticamente a ventas para que cierre la operación.
A veces la venta no resulta a la primera y es tarea del marketing recuperar un potencial cliente para otro momento más propicio.
De este modo, ventas solo se centra en aquellos clientes que tienen un interés real en nuestros productos o servicios y no desperdiciamos recursos en visitas a puerta fría o llamando a todos los de la lista empezando por la letra A.
Eso no es eficaz.
Puede ser que tu primer cliente interesado esté en la letra «J» y entonces habrás hecho decenas (o centenares) de llamadas inútiles, desperdiciado un montón de tiempo e incordiado un montón de gente que no está interesada en lo que vendes.
El marketing automático soluciona todos estos problemas.
No solo te permite ahorrar recursos al tener que llamar o visitar a menos clientes, sino que también es más eficaz porque aquellos a los que llamas o visitas realmente quieren comprar lo que les ofreces…
No está nada mal, ¿verdad?
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