La automatización de marketing es una de las mayores ventajas que podemos aplicar hoy día. Y gracias a la tecnología disponible, es algo al alcance de cualquier negocio. Sin embargo, el marketing automático no sirve de nada si ponemos en marcha una mala estrategia de marketing, es decir, uno invasivo, de interrupción, basado en eslóganes vacíos y exento de valor.
Igualmente, de nada sirven excelentes herramientas de automatización de marketing si detrás no hay una estrategia pensada y excelente.
La filosofía del inbound marketing se está imponiendo porque precisamente aboga por atraer y seducir gradualmente al posible cliente, en vez de emplear las viejas maneras de promoción pura y venta por presión.
La misión en el inbound marketing es crear un embudo de marketing gradual, en el que el posible cliente se sienta atraído, nos conozca, confíe y, finalmente, se convierta en cliente. Ese es, de hecho, el proceso natural por el que alguien se convierte en un cliente y es lo que se trata de potenciar.
¿Por qué es importante la parte superior del embudo?
Dentro de ese embudo de marketing, la parte más importante es precisamente su parte superior. Se trata de la «punta de lanza» que es la primera que entra en contacto con el potencial cliente que queremos convertir en venta.
Básicamente esa parte de la estrategia es fundamental porque si ella no funciona atrayendo, las partes siguientes, destinadas a nutrir y convertir, no sirven porque nadie llega a ellas.
El factor crítico para el éxito de esta parte
Lo que va a determinar el éxito o fracaso de nuestro Top Of the Funnel es el valor inicial que proporcionemos al posible interesado. Muchas empresas tratan de vender antes de dar. Eso es lo mismo que querer cosechar sin sembrar.
El cliente, hoy en día, no va a confiar ciegamente, tiene que haber recibido valor previamente y tiene que adquirir confianza. Por eso hemos de proporcionar algo valioso de verdad, contenido relevante que nos ayude a transmitir nuestra propuesta de valor a nuestro cliente. Nada de eslóganes.
El valor por adelantado es la clave de la venta. Si el posible cliente obtiene algo valioso al consumir nuestro contenido o llevarse el incentivo que hemos puesto en esa parte del embudo (por ejemplo un obsequio a cambio de un modo de contacto) estará predispuesto a pensar que obtendrá aún más valor con productos o servicios de pago. El objetivo de esta fase es siempre, que lleguen hasta nuestra puerta, pero que lleguen de la mejor manera posible para que vengan con una buena predisposición.
Ese debe ser el fundamento principal que debemos tener claro, pues sin él, todo lo demás no sirve de nada.